Dame Jane Goodall, la primatóloga y conservacionista cuya investigación transformó la biología y la relación de la humanidad con la naturaleza, murió el 1 de octubre de 2025 durante una gira de conferencias en Estados Unidos, a la edad de 91 años.


Vida y carrera en Gombe

Jane Goodall llegó a Gombe, Tanzania, en 1960 para estudiar chimpancés salvajes, una expedición iniciada con el apoyo de Louis Leakey; su trabajo de campo continuó durante más de seis décadas y la convirtió en la científica que redefinió la comprensión pública y académica de los grandes simios.


Descubrimientos clave

Goodall documentó comportamientos que rompieron paradigmas: observó chimpancés usando herramientas, mostrando emociones complejas y relaciones sociales diferenciadas, hallazgos que desafiaron la distinción absoluta entre humanos y otros primates y redefinieron nociones sobre lo que significa ser humano.


Impacto en conservación y educación

Goodall expandió su trabajo científico hacia la acción colectiva; fundó el Jane Goodall Institute, promovió la restauración de hábitats, la protección de especies y la educación ambiental, y se convirtió en Mensajera de la Paz de la ONU, llevando mensajes sobre la conservación, el bienestar animal y la conexión entre crisis ambientales y bienestar humano.


Legado que nos deja

  • Cambio de percepción pública: Goodall convirtió a los chimpancés en individuos con personalidades propias, movilizando empatía global y apoyo a políticas de protección y a santuarios para grandes simios.
  • Institucionalización de la conservación comunitaria: su trabajo impulsó modelos que integran a comunidades locales en la protección de ecosistemas y la reforestación, vinculando conservación con medios de vida sostenibles.
  • Educación de nuevas generaciones: su énfasis en la educación juvenil y en programas de jóvenes conservacionistas dejó una red internacional de activistas y proyectos de restauración liderados por comunidades y escuelas.

Qué cambió en procesos, herramientas y metodologías ambientales

  • Métodos de observación etnográfica en campo: Goodall introdujo una aproximación de inmersión prolongada, nombrando individuos y priorizando relaciones longitudinales por sobre muestreos breves, lo que mejoró el seguimiento de comportamiento y dinámica social a largo plazo.
  • Interdisciplinariedad aplicada: su carrera ayudó a consolidar enfoques que combinan etología, ecología, antropología y ciencias sociales para abordar problemas de conservación y entender las causas humanas detrás de la degradación ambiental.
  • Conservación basada en evidencia local: promovió protocolos participativos y monitoreo comunitario que integran saberes locales con datos científicos para orientar restauraciones, corredores biológicos y planes de uso de la tierra.
  • Herramientas y prácticas de restauración: impulsó proyectos de plantación de árboles y recuperación de hábitats que combinaron trabajo educativo con acciones prácticas de restauración, escalando intervenciones replicables en distintos contextos regionales.
  • Ética y bienestar animal en investigación: su insistencia en tratar a los animales como sujetos con agencia provocó cambios en códigos éticos, en cómo se definen permisos de investigación y en la relación entre investigadores y poblaciones estudiadas.

Jane Goodall deja un legado combinado de descubrimiento científico, activismo público y modelos prácticos de conservación que continúan guiando políticas, programas educativos y prácticas de restauración en todo el mundo. Su vida demuestra que la observación paciente, la compasión y la acción organizada pueden cambiar teorías científicas, leyes y la conducta colectiva hacia un futuro más respetuoso con la vida en la Tierra.


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